Translate

lunes, 24 de septiembre de 2012

ANALIZANDO A PARMESÁNIDES

PRIMERA TESIS DOCTORAL SOBRE SU MÁXIMA PÓSTUMA.

"LA SUTILEZA DEL HOMBRE RADICA EN SU ASTUCIA"


Parmesánides desafió al pensamiento filosófico ortomolecular con esta máxima que el olvido no supo llevarse,  y qué lo parió.

Parmesánides, como todo el mundo sabe (aunque no esté en el gugle) (ni en ninguna parte), nació en Parma en el siglo VIII a.C., era hijo único de un empresario de buena leche: Lácteos Parmalates, gourmet del famosísimo queso parmesano muy codiciado por los sibaritas belgas y presidente de un club de fútbol, y de madre tristemente desconocida, olvidada, digamos, dejada de lado por el marido, el propio hijo y el obstetra.

De niño, Parmesánides detestaba los quesos y todo aquel derivado de la leche como el yoghurt, el casamcream, el mendicream etc. Así fue que conoció a Prostátoras... en salita verde... cursando el jardín de infantes “Los Socratitos”. Prostátoras, a quien Parmesánides llamaba cariñosamente "Prosti", era hijo de un empresario de mala leche: Meneas Próstatas, a quien su hijo, Prosti, llamaba simplemente: Tata.

Lácteos hallaba a Prosti muuuuuy afeminado y, preocupado por su hijo, resolvió ir a hablar con Meneas, el padre de Prosti.
Para averiguar el domicilio de Meneas Próstatas, Lácteos  tuvo que ir a consultar al oráculo porque se había caído el sistema del GPS. Un antiguo método creado por los sabios griegos basado en la orientación a través de Selene, el único satélite natural con que contaban en aquella época, y se decía por entonces que el sistema había caído o estaba inoperable cuando estaba nublado o había luna nueva. Por lo que no quedaba más remedio que acudir al oráculo.

Fue entonces que en plena luna nueva, en una noche de total oscuridad sapiencial el oráculo le dijo a Lácteos: "Para llegar a Próstatas debes tomar el camino del recto".

Lácteos agradeció dando lo que en la antigua Atenas se conocía como "el garpe"; una suerte de retribución a la sabiduría,  y se alejó tibio, cavilando. Así lentamente de primavera a verano fue llegando a Parma y ya hecho una leche hervida fue que gritó con todas sus fuerzas:   Αλλά αυτό που ήθελα να πω αυτό το κάθαρμα μαντείο;
("Pero ¿Qué me quiso decir este oráculo hijo de puta?") -Sic-.

Meses después descubrió el secreto. Para llegar a Próstatas debes tomar el camino del recto", le había dicho el oráculo. No había más tiempo para disimulos. Él sabía muy bien adónde tenía que ir y lo que debía hacer, pero no sabía con qué parte de su cuerpo debía hacerlo. No obstante, se aventuró igual. Cuando llegó a la entrada lo detuvo el centinela, Esfínter, y le pidió con vos ronca y cerrada el santo y seña.

- Lácteos. - Atinó a decir.

- Vete - Le dijo Esfínter - aquí no entra cualquier Lácteos.

A espaldas de sus padres, Parmesánides y Prostátoras se reunían en las noches de luna nueva para urdir desde la filosofía un plan que dilatara la rigidez de Esfínter. Por eso se los llamaba los filósofos oscuros. A ellos se sumó Heraclítoris, quien era un clítoris que en una noche verbigracia de luna llena reencarnó en un filósofo para sumarse al oscurantismo ocultando su más sensible secreto.

Fue en una de esas noches de total oscuridad de pensamiento que Parmesánides escribió en su φορητό υπολογιστή  (laptop) su máxima: "La sutileza del hombre radica en su astucia"; para mostrársela a sus amigos y luego murió agobiado por el esfuerzo según sus propios y más íntimos amigos y únicos testigos presenciales del hecho; y por causas vinculadas a la sobredosis de cicuta, según el informe de los médicos forenses.

¿Qué nos quiso decir Parmesánides con esta frase antes de morir?

Hay un conspicuo grupo de sibaritas belgas que se empeña en sostener que se trata de un vivo ejemplo de lo que no hay que hacer. Caso concreto: "escribir boludeces en la laptop ante el riesgo de perder la vida a manos de sus más preciados amigos." -Sic Sic Sic con todo respeto-.

Con todo respeto otra vez a opinión en contrario, me atrevo a inferir que no se puede soslayar la influencia de Heraclítoris y de Prostátoras en el pensamiento parmenisanideano. No hablamos de cualquier queso. Hablamos de una creación sesuda cuando hacemos referencia a cómo se suda creando.

Analizar, como todos sabemos, significa separar en partes y no como muchos creen, izar a un asunto por el ano. Sutil, entonces, es leve, delicado, suave, tenue, vaporoso.

Se va haciendo la luz. La levedad, la delicadeza, la suavidad, lo tenue y vaporoso del hombre radica en su astucia. Aquí vemos la influencia de Prostátoras y Heraclítoris. Quiero dejar debida constancia de que no deseo mencionar la región de Íngles donde se desarrollaban los hechos para no politizar el asunto.

Pero si hundimos un poco más la lupa en este sesudo pensamiento que nos explica el camino de la vía láctea hallamos los resultados más desagradables e inciertos. Porque el ser astuto tiene un prontuario poco cálido y demasiado elocuente para que yo lo cuente por este medio.

Parmesánides sostenía que la astucia sólo podía residir en los hombres con cabeza grande en forma de (Sic) concha de mar. Es por eso que llamaba a los astutos, simplemente, (Sic) conchudos.

Y la luz se hizo:

"La levedad, la delicadeza, la suavidad, lo tenue y vaporoso del hombre radica en que sea un conchudo". Con todo respeto.

Lácteos jamás entró, jamás llegó a Próstatas. Cuando regresó a Parma se encontró con la dura realidad, Parmesánides su hijo, había muerto en dudosas circunstancias, el Parma, su equipo, había caído estrepitosamente como local ante la Roma por goleada y el DT Ben Ganza asesinó al árbitro Monsieur Piteau al finalizar el partido. Sin dudarlo un instante pidió que lo llevaran al estadio.

Allí fue que se enteró que su hijo Parmesánides no había muerto a causa del extraordinario esfuerzo mental que le produjo un infarto masivo luego de escribir su máxima, como le habían anunciado. Sino por la ingesta de una sobredosis de cicuta, razón por la que Prostátoras, Heraclítoris, Gato y Mancha fueron arrestados y acabaron todos juntos en la cárcel. Gato y Mancha (que pertenecen a la congregación POTRAS  -Prisioneras Obreras Trabajadoras y Religiosas Adoratrices del Sabura-) son las discípulas de Heraclítoris que practicaron las técnicas de reanimación al occiso para certificar su muerte, tal como podemos observar en la fotosíntesis. Mientras Mancha le tapaba la nariz y la boca, Gato le tomaba una muestra oral del antígeno prostático.

el preciso momento en que Gato y Mancha tratan de reanimar a Parmesánides.


Sin embargo aún quedaba algo por saber, la última nata que tapa la leche: El significado de la máxima póstuma de su hijo era indescifrable, absurdo y cada vez que la exhibía era vapuleado y agredido con epítetos tales como "Zoplanukas" "Txongo" y otras formas groseras. Llevó la frase a la academia de matemáticas y fue expulsado y reputado de torpe, fue también expulsado de la Sorbona, Salamanca, Oxford y en todas fue groseramente reputado. Sin saber qué ya hacer y bastante maltrecho decidió acudir a un gurú y le recomendaron el más barato con delivery a domicilio: el Tri Tri Sha Raví Shankar-Los Rajá Marahá de Bramaputra.

Lácteos contó la historia al Tri Tri y le enseñó la frase. El Tri Tri lo miró un rato enrollando el único pelo de su senil barba, lo escrutaba en largo silencio (llevando su mano a la boca en señal de educación cada vez que escrutaba) repasaba el rostro de Lácteos. Finalmente dijo: - Es necesario que os entregues a la reflexión, chabón.

- A eso he venido, Maestro, sé que sois mucho más que un erudito, casi me atrevo a decir que sois todo un erudo. - dijo Lácteos muy cómodamente sentado en el diván.

- No querido hermano, no es así. Déjame explicarte. Ponte en cuclillas. Eso es. A eso le llamamos en nuestro templo la posición de flexión. Ahora comienza a saltar sobre la punta de tus pies sin incorporarte, eso es, muy bien, pon tus manos sobre la nuca. A eso le llamamos reflexionar. Eso es. Ahora: reflexiona, reflexiona, reflexiona, no dejes de reflexionar mientras yo te llevo hasta el camino de la luz.

- Ahora repite conmigo: Soy la ameba del océano de la ignorancia. La sutileza del hombre radica en su astucia, (no te detengas, sigue reflexionando) son las palabras clave de la contraseña para dilatar la rigidez de Esfínter, a lo que Esfínter contesta ¿quién te acompaña, peregrino?  y tú debes decirle: La diosa Vase Lina.
Las puertas cederán y comenzarás en compañía de la diosa el camino del recto peregrino hacia Próstatas cargado de obsequios y buena leche, como corresponde a todo visitante.

- Maestro, mi hijo ha muerto, de qué me sirve ahora la contraseña y el camino?

- Lácteos, mi querido bípedo si continúas preguntando seguirás haciendo salto de rana ¿qué queréis saber ahora, chabón?

Previo pago de "el garpe" la sesión se dio por terminada y las reflexiones también. Lácteos jamás volvió a hablar de Próstatas.